03 de febrer 2013

Pinnojoy


Això és la suposada auditoria interna, (com anar al neuròleg a mirar-te els peus)


I això un fragment tret d'aquí, l'obra de teatre de l'any

“Y teatro” porque, al fin y al cabo, la intervención no ha sido más que un espectáculo televisivo donde un actor se ha subido al escenario para interpretar el papel de víctima de una conspiración contra los intereses de un partido político, con un discurso lleno de incoherencias, medias verdades, retórica emocional populista y algunas mentiras evidentes que, de por sí, demuestran el carácter fiticio de todo lo demás.

"Y ahora quedo a disposición de vuestras preguntas". La última frase del discurso de Mariano Rajoy, que iba dirigida a los suyos pero no a los periodistas ni a los ciudadanos, recoge a la perfección lo que ha representado esta comparecencia para la realidad política del estado. Es decir, absolutamente nada. Un discurso de consumo interno para sus afiliados y palmeros, del cual no se puede sacar otra conclusión que no sea que, ya sin ningún lugar a dudas, el gobierno está en manos de un grupo de personas que toman a la ciudadanía por un cero a la izquierda, y que están dispuestos a defender su corrupción hasta las últimas consecuencias.

"Nunca he recibido dinero negro, ni en este partido, ni en ninguna parte. No tengo nada que ocultar. No temo a la verdad. Vosotros sabéis que no he venido a la política ni a ganar dinero ni a engañar a Hacienda", explicando que tiene una profesión al margen de la política, la de registrador de la propiedad, a la que se dedicaría si quisiera ganar dinero, algo que, según ha asegurado, se estaba viendo obligado a decir pero con "pudor".

"No quisiera tener que decirlo, pero me están obligando. Yo sé ganarme la vida", ha señalado. Terminando con una de esas expresiones que son propias de pasar a la posteridad como lo mejor y más recordado de la obra de teatro: "Ocurre que para mí el dinero no es lo más importante en esta vida. Para otros, no lo sé". A la altura, no lo negaran, de aquel "A Dios pongo por testigo que no volveré a pasar hambre", cuando menos.

En definitiva, una mala obra de teatro que no pasará a la historia por su importancia o su trascendencia política, pero que deja a los ciudadanos con la sensación de que les gobierna una organización que ha actuado y actúa con características muy similares a cualquier organización mafiosa. Y además sin preguntas...

1 comentari:

Elfreelang ha dit...

si fos perquè és gravíssim em pixaria de riure!